Experiencia de Emma en India: «Poder vivir entre ellos como una más»
Emma ha estado casi tres meses colaborando en los dos proyectos con los que colaboramos en India y que trabajan con refugiados tibetanos. Nos ha contado su experiencia de una forma muy especial.
| En su clase de yoga diaria | 
Hasta ahora, es la persona que más tiempo ha estado en los proyectos con los que colabora Tumaini. Por esto mismo, hemos querido empezar con su experiencia y compartir cómo fue su evolución en esos meses.
Colaboró en Rogpa, ayudando en el cuidado de los niños y niñas que acuden a la guardería y en Tibet World dando clases de yoga y apoyando en diversas actividades de la organización. 
El primer mes: quiero salvar al mundo
Aterrizaje con escudo y espada… Pensamos que vivimos en un país de mente abierta y cuando llegamos a un lugar como es Mcleod te das cuenta cuan equivocados estamos. Nos cerramos intentando imponer nuestras normas y costumbres porque pensamos que eso es lo correcto y lo que se debe de hacer y no atendemos a lo que está sucediendo a nuestro alrededor.
Pensamos que nuestra presencia es imprescindible y actuamos como tal desperdiciando energía allí por donde pasas, como si de fuegos artificiales se tratase…
Segundo mes: el mundo me salva a mí…
Poco a poco…la energía desperdiciada se paga cara…¿Qué pueden vivir sin ti!!????!!!!!!!! Cómo no chica….como no!!!!!! Lo han hecho durante toda la vida…cómo es el EGO… 
| Emma en uno de los templos de McLeod | 
Que buena cura es el viajar sola y darte cuenta de que tu mundo es un mundo muy pequeño y que a nadie de ahí les importa ni tus normas, ni tus reglas…no impuestas, no obligadas, no «porque sí»…y te das cuenta también de que hay más mundos que giran y que viven en el mismo que el tuyo y que funcionan, incluso mejor que el tuyo…. SE ME HABÍAN OLVIDADO TANTAS COSAS, PERO YA EMPIEZO A RECORDAR…
Tercer mes: be water…
Todo gira en el mismo sentido , todo habla el mismo lenguaje…me muevo como si estuviese en el agua, ligera, despacio y casi sin hacer ruido…empiezo a entender y dejar de hablar para tan solo observar. 
| Una de la calles de McLeod | 
Me gusta estar entre ellos sin que se den cuenta, ya no me miran ni me preguntan, asisten a clase y ya no hay diferencia entre túnicas rojas o naranjas, pañuelos en el pelo o al cuello, pantalones largos o cortos. Solo quieren aprender y no sienten ya curiosidad.
Mi resumen del viaje: La gente de Mcleod es aire, su forma de entender la vida es viento, nosotros somos tierra…esa es mi sensación…llevé sabor de tierra en mi boca y ahora traigo mi cuerpo lleno de aire….
Emma