Experiencia de Maria en ecoaldea Valle Sagrado (Perú): «En este centro los niños pueden ver que otro mundo es posible»
«Por las mañanas se desayuna a partir de las siete y media (no sin antes saludarnos todos con un beso y un abrazo). Luego, cada uno hace un poco lo que más le apetece: estar en las zonas de relax, salir a caminar por la montaña, bañarse en el río, ir al pueblo o ir a los pueblos de alrededor que forman parte del Valle Sagrado y que se pueden disfrutar mucho.
Al final del día se reparte a los niños una taza de leche y hacemos una pequeña valoración. Al terminar se arregla la escuelita y se limpia y ya nos vamos a cenar a las 19h aprox (allí ya es muy oscuro y hace frío). Después de cenar normalmente se programan actividades del interés de los huéspedes: ver las estrellas, fogata, meditación, juegos… La vida aquí es muy familiar y tranquila.
Los niños de Lamay confían mucho en el proyecto y también en Yuri. Este es un espacio que se aleja de su día a día convencional donde hay tareas, mal humor, faltas de respeto, alcoholismo, machismo, violencia… y cuando llegan aquí ven adultos referentes que les dan amor, mucho amor. Les escuchan, tienen en cuenta sus motivaciones y es un espacio donde pueden ser libres, relacionarse positivamente y ver que otro mundo es posible. Cada vez más niños vienen al proyecto porque se van pasando la voz entre ellos. Creo que es un proyecto muy bonito que tiene que ir consolidándose con el tiempo pero que está ganándose la confianza de los niños y familias.
Durante estos días hemos hecho un par de collages muy lindos sobre la pachamama y los simbolos qechua Amaru Pumac Kuntur. Esto les relaciona con su cultura y ven como las personas de fuera muestran interés en saber más de su día a día. Todos los niños han participado activamente pintando, buscando los materiales… ha sido una experiencia muy bonita.»
Maria, Viaje Solidario en Ecoaldea Valle Sagrado (Perú), del 11 al 22 de julio.